Las leyes actuales no pueden proteger a los civiles en el espacio si algo sale mal

Si vio el video en vivo del multimillonario Jason Isaacman sacando la cabeza de una nave espacial de SpaceX (ver “La misión Polaris Dawn es un gran paso para la exploración espacial privada”), su primer pensamiento probablemente no fue “¿a quién demandan si algo sale mal?”, pero a medida que crecen los vuelos espaciales privados, se deben abordar preguntas como estas.

El derecho internacional del espacio es un mosaico de tratados que datan de la carrera espacial, el más importante de los cuales es el Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967. Un principio clave de este es que sólo los Estados pueden ser responsables de la actividad en el espacio, incluso la de “entidades no gubernamentales” como SpaceX. Como Isaacman y su tripulación despegaron desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, eso significa que la responsabilidad recae en el gobierno de Estados Unidos.

Pero el gobierno estadounidense ha encontrado formas de eludir esa responsabilidad. Si bien la Administración Federal de Aviación (FAA) tiene reglas y regulaciones estrictas para los viajes aéreos comerciales, los vuelos espaciales comerciales siempre han sido tratados con más ligereza, más recientemente con la Ley SPACE de 2015. Esa ley extendió un “período de aprendizaje” que prohíbe a la FAA emitir regulaciones relacionadas con la seguridad de los astronautas en vuelos espaciales privados. En otras palabras, cualquier inquietud de seguridad que pudiera haber tenido Isaacman fue discutida entre él y SpaceX.

Es posible que pronto veamos claridad legal sobre quién es responsable de los astronautas privados

Este período de aprendizaje expirará el 1 de enero de 2025, por lo que pronto podríamos ver claridad legal sobre quién es responsable de los astronautas privados, pero este no es el único ámbito de la legislación espacial que necesita atención. Los astrónomos están cada vez más preocupados por la cantidad de satélites en órbita, lo que podría arruinar sus observaciones (véase “Astrónomos preocupados por el lanzamiento de cinco nuevos satélites superbrillantes”). SpaceX de Elon Musk vuelve a ser un actor importante en este ámbito, ya que controla dos tercios de los satélites activos, y actualmente no hay regulaciones que le impidan lanzar tantos como quiera.

¿Y ahora qué? Como dice el investigador de políticas Thomas Hale (véase “Una Declaración sobre las Generaciones Futuras podría traer los cambios que necesitamos”), nuestros sistemas políticos no están diseñados para resolver “problemas de largo plazo”, y no hay muchos más que resolver si no se trata de dominar la última frontera. Sin embargo, eso no quiere decir que no debamos intentarlo, y una actualización del envejecido Tratado del Espacio Ultraterrestre para ayudar a abordar estos problemas más modernos sería muy bienvenida.

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