Por qué las palabras que usamos en física oscurecen la verdadera naturaleza de la realidad

Crecí en los Estados Unidos durante el embargo petrolero de principios de los años 70 y recibí un bombardeo de anuncios de servicio público que alentaban a la gente a conservar energía. Pero a una edad muy temprana también leí que “la energía siempre se conserva”, según la física. Esto me desconcertó. Si la naturaleza conserva automáticamente la energía, ¿por qué serían necesarios los esfuerzos humanos para hacerlo?

Pronto me di cuenta de que los físicos no hablan exactamente inglés. Emplean un dialecto lleno de términos que suenan familiares pero que tienen significados desconocidos (como “conservación” y “energía”). Peor aún, muchas palabras, incluidas algunas simples como “fuerza” y “masa”, ni siquiera significan lo que los físicos pretendían originalmente. En consecuencia, el lenguaje que usamos para hablar de física oscurece algunos de nuestros descubrimientos más hermosos y fascinantes sobre cómo funciona el universo.

Algunos científicos podrían encogerse de hombros y decir que no es sorprendente ni problemático que las palabras no sean completamente claras. Después de todo, los fundamentos de la física son la experimentación y las matemáticas. Eso es lo que importa; las palabras son inevitablemente meras sombras.

Aunque estoy de acuerdo en que los datos y las ecuaciones son primordiales, los físicos transmiten sus ideas, tanto entre ellos como a los no científicos, utilizando el lenguaje. Cuando su redacción es ambigua u opaca, pueden malinterpretarse lecciones esenciales sobre el cosmos.

Veamos ahora más de cerca el lenguaje de la física y cómo tres palabras aparentemente sencillas han ido mutando con el tiempo y se han convertido en trampas para los incautos. Estos términos y metáforas engañosas son habituales en el dialecto de los físicos. Si nos detenemos a reflexionar sobre ellos,…

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