Los tres tipos diferentes de inteligencia artificial: ANI, AGI y ASI

Comprender las diferentes formas y direcciones futuras de la Inteligencia Artificial (IA) es cada vez más importante a medida que evoluciona. La Inteligencia Artificial Estrecha (ANI), la Inteligencia Artificial General (AGI) y la Superinteligencia Artificial (ASI) son las tres categorías principales de IA. Cada tipo marca puntos de inflexión únicos en el desarrollo de la IA y refleja un grado variable de competencia e influencia potencial. En esta publicación se analiza cada tipo, sus capacidades y sus implicaciones para la tecnología.

Inteligencia artificial estrecha (ANI)

El tipo más común de IA que se utiliza hoy en día es la inteligencia artificial restringida, a veces conocida como “IA restringida” o “IA débil”. Las ANI están diseñadas para llevar a cabo actividades particulares y restringidas dentro de límites predeterminados; no son capaces de realizar tareas ajenas a su programación o generalización de conocimientos. Esta IA carece de la flexibilidad y adaptabilidad de la inteligencia humana, pero es excelente en tareas únicas y concentradas como el reconocimiento facial, el procesamiento del lenguaje y el análisis de patrones de datos.

Ejemplos de NIA

El asistente virtual de un teléfono inteligente, como Siri de Apple o Alexa de Amazon, es un ejemplo perfecto de ANI. Además de responder consultas, enviar recordatorios e incluso administrar electrodomésticos inteligentes, estos asistentes pueden comprender instrucciones precisas y reaccionar ante ellas. Sin embargo, su programación y el material en el que fueron entrenados restringen sus respuestas. Los algoritmos de recomendación en sitios web como Netflix y Spotify que personalizan el contenido según los gustos son otros ejemplos de ANI. El ANI también lo utilizan los automóviles autónomos, que utilizan sensores y modelos de aprendizaje automático para circular por las carreteras de forma segura.

La única forma funcional de IA en este momento es ANI, pero ha avanzado en sofisticación y tiene muchos usos en una variedad de industrias, desde análisis de mercados financieros hasta diagnósticos de atención médica. Sin embargo, el principal inconveniente de la ANI es su falta de generalización. No puede igualar las capacidades cognitivas humanas, ya que no puede utilizar sus capacidades especializadas más allá de las estrechas tareas para las que fue creado.

Inteligencia General Artificial (AGI)

La IA fuerte, a veces conocida como inteligencia artificial general, es un nivel de IA que, en teoría, es capaz de realizar cualquier trabajo intelectual del que un ser humano sea capaz. AGI tendría la capacidad de comprender, aprender y aplicar información en una amplia gama de actividades, a diferencia de ANI, que está restringida a tareas particulares. Este tipo de IA sería tan capaz de razonar, planificar, resolver problemas y adaptarse a situaciones como el cerebro humano.

Los desafíos con AGI

Importantes obstáculos científicos y tecnológicos obstaculizan la creación de la AGI, que todavía es principalmente teórica. Además del poder de procesamiento, AGI requiere una comprensión profunda de la conciencia y la cognición humanas. Dado que no es completamente posible comprender cómo funciona la mente, la inteligencia artificial general (AGI) sigue siendo inalcanzable debido a la dificultad de simular las complejidades del cerebro humano.

AGI tiene el potencial de transformar varias industrias. AGI puede, por ejemplo, procesar enormes volúmenes de datos, evaluar síntomas y diagnosticar afecciones con una precisión nunca antes vista en el campo médico. Al evaluar la jurisprudencia y los precedentes con notable rapidez, AGI podría ofrecer acceso a asesoramiento jurídico a un precio razonable en circunstancias legales. Una máquina con inteligencia a nivel humano tendría importantes ramificaciones sociales y requeriría una estrecha supervisión; por lo tanto, llegar a AGI también presenta preocupaciones éticas y legales.

Superinteligencia artificial (ASI)

Un grado de inteligencia conocido como superinteligencia artificial (ASI) es superior al intelecto humano en todos los sentidos, incluido el razonamiento, la creatividad e incluso la inteligencia emocional. Si ANI es lo que tenemos ahora y AGI es el objetivo a nivel humano, ASI es el destino final, aunque principalmente hipotético, del desarrollo de la IA. Desde la brillantez creativa hasta los descubrimientos científicos, ASI funcionaría mejor que las mentes humanas más inteligentes en casi todos los campos.

A veces se ve a la ASI como un evento de singularidad, un momento futuro especulativo en el que la IA avanza hasta el punto de cambiar radicalmente la civilización y posiblemente reinterpretar lo que significa ser humano. Como resultado, la capacidad de superación personal, el conocimiento y el poder de ASI podrían aumentar rápida y exponencialmente a medida que se actualiza continuamente en un ciclo de retroalimentación.

Sin embargo, ASI también es motivo de preocupación, ya que existen riesgos existenciales asociados con la creación de una máquina que sea más inteligente que los humanos. Con capacidades que van más allá de la comprensión humana, ASI puede tomar decisiones y perseguir objetivos de maneras que son difíciles o imposibles de regular para los humanos. Esta posibilidad ha generado demandas de estándares morales estrictos y fuertes medidas de seguridad para controlar el avance de la IA hacia la ASI. Académicos y pioneros de la industria como Elon Musk y el fallecido Stephen Hawking han expresado su preocupación por los posibles riesgos de ASI, quienes han enfatizado la importancia de garantizar que el progreso de la IA se mantenga en línea con los valores humanos.

Conclusión

La inteligencia artificial ha evolucionado desde un nivel especializado hasta un nivel humano y luego una inteligencia sobrehumana, como lo demuestra su progresión de ANI a AGI y, posiblemente, ASI. Ahora que los humanos están bien establecidos en la era ANI, se está viendo una transformación en las aplicaciones de IA para tareas específicas que están mejorando la vida diaria y cambiando los negocios. Aunque todavía es especulativo, la AGI tiene el potencial de ser un instrumento versátil que podría igualar las capacidades cognitivas humanas y conducir a avances transformadores en una amplia gama de dominios. La ASI, por otra parte, sigue siendo un futuro lejano e hipotético que encierra al mismo tiempo enormes promesas y graves peligros.

Los procedimientos de seguridad cuidadosos y las preocupaciones éticas son cruciales para dirigir el crecimiento de la IA a medida que avanza por estas fases. Si bien la ANI mejora el presente, la AGI puede representar el próximo gran avance y la ASI, si se realiza, cambiaría por completo lo que significa ser humano. Conocer las diferencias entre ANI, AGI y ASI nos permite gestionar mejor el futuro de esta tecnología en rápido desarrollo al reconocer su potencial y sus riesgos.


Tanya Malhotra es estudiante de último año de la Universidad de Estudios de Petróleo y Energía, Dehradun, y cursa BTech en Ingeniería en Ciencias de la Computación con especialización en Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático.
Es una entusiasta de la Ciencia de Datos con buen pensamiento analítico y crítico, junto con un ardiente interés en adquirir nuevas habilidades, liderar grupos y gestionar el trabajo de manera organizada.

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