IA y derecho contractual: contratos inteligentes y toma de decisiones automatizada

La intersección del derecho contractual, la inteligencia artificial (IA) y los contratos inteligentes cuenta una historia fascinante pero compleja. A medida que la tecnología adquiere un papel más destacado en las transacciones y la toma de decisiones, surgen preguntas cruciales sobre cómo se aplican conceptos legales fundamentales como oferta, aceptación e intención. Con el uso cada vez mayor de la IA, también entran en juego las preocupaciones sobre la rendición de cuentas, la aplicabilidad y el potencial de fracaso. Este artículo profundiza en estas cuestiones examinando tres preguntas clave:

  1. ¿Cómo los contratos inteligentes y los sistemas automatizados de toma de decisiones impulsados ​​por IA desafían los principios tradicionales de formación de contratos como la oferta, la aceptación y la intención?
  2. ¿Deberían los sistemas de IA considerarse entidades jurídicas capaces de celebrar contratos, o la responsabilidad debería recaer únicamente en los desarrolladores o usuarios?
  3. ¿Qué remedios existen si un contrato inteligente falla debido a un mal funcionamiento de la IA o a una manipulación externa?

Contratos inteligentes, toma de decisiones automatizada y formación de contratos tradicionales

Comprender la formación de contratos

En el ámbito del derecho contractual, tres elementos esenciales crean un acuerdo válido: oferta, aceptacióny intención. En pocas palabras, una parte hace una oferta, la otra la acepta y ambas muestran una intención mutua de llegar a un acuerdo vinculante. Estos elementos están profundamente arraigados en la interacción humana.

  • Oferta: Una parte propone realizar o abstenerse de realizar una determinada acción.
  • Aceptación: La otra parte acepta los términos de la oferta.
  • Intención: Ambas partes deben tener la intención de celebrar un acuerdo legalmente vinculante.

Cuando consideramos los contratos inteligentes y los sistemas impulsados ​​por la IA, estos principios tradicionales enfrentan serios desafíos.

Contratos inteligentes y la erosión de los elementos contractuales tradicionales

A contrato inteligente es un acuerdo autoejecutable con los términos escritos directamente en el código. Estos contratos, que funcionan con tecnología blockchain, ofrecen transparencia y seguridad, pero también complican los conceptos tradicionales.

  • Oferta: En un escenario típico, hacer una oferta requiere una negociación cuidadosa. Sin embargo, los contratos inteligentes pueden automatizar este proceso, lo que plantea la pregunta: ¿una “oferta” tiene el mismo significado si se genera mediante código en lugar de interacción humana?
  • Aceptación: A diferencia de los acuerdos tradicionales donde la aceptación es un acto consciente, los contratos inteligentes se ejecutan automáticamente en función de condiciones programadas. Cuando se cumplen las condiciones, el contrato se ejecuta sin más intervención humana. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo definimos la aceptación cuando está completamente impulsada por el código?
  • Intención: El concepto de intención se vuelve aún más confuso. Los sistemas de inteligencia artificial pueden actuar sobre algoritmos sin supervisión humana, lo que complica la comprensión tradicional de la intención. Si bien puede haber intención en la creación del contrato, se vuelve vaga una vez que las máquinas ejecutan el contrato sin participación humana directa.

Toma de decisiones automatizada y contratos inconscientes

Los sistemas de inteligencia artificial, especialmente aquellos con algoritmos avanzados, pueden negociar y ejecutar contratos de forma autónoma. Esta capacidad amplía los límites del derecho contractual tradicional, que se basa fundamentalmente en la toma de decisiones humana.

Por ejemplo, si una IA decide que es hora de celebrar un contrato basándose en datos del mercado, ¿esa acción representa “aceptación”? Si la IA actúa sin intención humana, ¿podemos realmente considerar sus decisiones como expresiones válidas de voluntad? El principio de consentimiento mutuo—una piedra angular del derecho contractual— se vuelve difícil de mantener cuando las máquinas son parte de la ecuación. La esencia del derecho contractual (que ambas partes aceptan voluntariamente los términos) se vuelve confusa cuando una de las partes es un algoritmo.

A medida que la IA continúa desarrollándose, surge un importante debate: ¿deberíamos reconocer los sistemas de IA como entidades jurídicas capaces de celebrar contratos? Tradicionalmente, sólo los seres humanos y las entidades jurídicas, como las corporaciones, podían celebrar contratos. Los sistemas de inteligencia artificial generalmente se han visto como herramientas, cuya responsabilidad recaía en sus desarrolladores o usuarios.

Argumentos para reconocer la IA como entidades legales

  1. Autonomía: Los sistemas modernos de IA pueden funcionar de forma independiente, lo que plantea la cuestión de si deberían ser responsables como entidades legales. Si una IA puede negociar y finalizar contratos, algunos argumentan que también debería asumir las responsabilidades legales que conllevan esas acciones.
  2. Responsabilidad: Otorgar estatus legal a la IA podría agilizar la rendición de cuentas. Si una IA incumple un contrato, ¿podría ser considerada responsable por sí sola? Esto podría simplificar los procesos legales al tratar a la IA como actores independientes, similares a las corporaciones.
  3. Eficiencia: Reconocer los sistemas de IA como entidades legales podría facilitar transacciones más fluidas. Este cambio podría reducir la necesidad de una supervisión humana constante en los procesos impulsados ​​por la IA, promoviendo operaciones más rápidas y eficientes.

Argumentos en contra de la IA como entidades legales

  1. Falta de agencia moral: La IA carece de razonamiento moral y ético. Los marcos legales tradicionales suponen que las personas jurídicas comprenden las implicaciones de sus acciones. Dado que la IA funciona basándose en algoritmos y no en consideraciones éticas, tratarla como una persona jurídica plantea desafíos importantes.
  2. Imprevisibilidad: Los sistemas de inteligencia artificial, en particular los que utilizan el aprendizaje automático, pueden comportarse de manera impredecible. Responsabilizar a la IA por tales acciones plantea complejidades, ya que incluso los desarrolladores podrían tener dificultades para comprender las decisiones tomadas por sus propias creaciones. Parece más lógico responsabilizar a los desarrolladores o usuarios.
  3. Cuestiones regulatorias: Otorgar estatus legal a la IA podría complicar los marcos regulatorios. ¿Cómo penalizaríamos a una IA por acciones incorrectas? Los métodos tradicionales como multas o encarcelamiento no se aplican a las máquinas, lo que complica la aplicación de la rendición de cuentas.

Un enfoque equilibrado: responsabilidad de los desarrolladores y usuarios

Actualmente, el consenso es que la IA no debe ser tratada como entidades legales. En cambio, la responsabilidad debería recaer en las personas u organizaciones detrás de la IA. Este enfoque mantiene la responsabilidad humana en primer plano.

En este contexto, el principio de responsabilidad vicaria entra en juego. Así como un empleador es responsable de las acciones de un empleado, los desarrolladores y usuarios pueden ser considerados responsables de las decisiones tomadas por sus sistemas de inteligencia artificial.

Remedios para fallas en contratos inteligentes debido a un mal funcionamiento de la IA o manipulación externa

Los contratos inteligentes están diseñados para ser autoejecutables y minimizar el error humano. Sin embargo, esta misma característica puede volverse problemática cuando un contrato inteligente no funciona correctamente o es manipulado.

Problemas derivados del mal funcionamiento de la IA

Cuando una IA falla, ya sea debido a un error de codificación o a circunstancias imprevistas, las consecuencias pueden ser importantes, especialmente si un contrato inteligente se ejecuta incorrectamente. Remedios legales tradicionales como rescisión (anular el contrato) o reforma (cambiar los términos) no se aplica fácilmente a contratos inteligentes inmutables.

Los posibles remedios podrían incluir:

  1. Intervención Judicial: Es posible que los tribunales deban intervenir para detener la ejecución de un contrato inteligente en caso de mal funcionamiento. Esto podría implicar congelar transacciones en blockchain o anular el contrato por completo. Sin embargo, esto genera preocupación acerca de socavar los beneficios principales de los contratos inteligentes, como la descentralización y la automatización.
  2. Cláusulas de fuerza mayor: Los desarrolladores pueden incorporar fuerza mayor cláusulas en contratos inteligentes para manejar fallas inesperadas o eventos externos. Dichas cláusulas podrían permitir que el contrato se suspenda o modifique si surgen ciertas condiciones, brindando a las partes la oportunidad de negociar una solución.
  3. Seguro de responsabilidad: Los usuarios de IA y contratos inteligentes podrían considerar obtener un seguro de responsabilidad especializado para cubrir posibles pérdidas por mal funcionamiento. Este enfoque traslada el riesgo de las partes individuales a una aseguradora, asegurando que las pérdidas se aborden sin necesidad de intervención legal.

Abordar la manipulación externa

Los contratos inteligentes también son vulnerables a amenazas externas, como la piratería informática o la explotación de códigos. Aplicar remedios para tales violaciones puede ser difícil, particularmente en sistemas donde las identidades de las partes suelen ser anónimas.

Los posibles remedios podrían implicar:

  1. Auditorías de seguridad: Auditar periódicamente el código de contrato inteligente e implementar medidas de seguridad sólidas puede ayudar a minimizar los riesgos. Por ejemplo, el uso de transacciones con múltiples firmas (que requieren múltiples aprobaciones antes de ejecutar un contrato) puede mejorar la seguridad.
  2. Gobernanza de la cadena de bloques: Se podrían establecer estructuras de gobernanza lideradas por la comunidad para abordar los problemas cuando los contratos inteligentes se ven comprometidos. Dichos sistemas podrían revertir transacciones dañinas o congelar activos en respuesta a manipulaciones.
  3. Recurso Legal por Infracciones: Los tribunales podrían reconocer los incumplimientos resultantes de manipulación externa como motivo para anular contratos o proporcionar soluciones. Sin embargo, al igual que ocurre con los fallos de funcionamiento de la IA, esto crea una tensión entre la necesidad de supervisión humana y las ventajas de la inmutabilidad.

Conclusión

El auge de los contratos inteligentes y los sistemas automatizados de toma de decisiones impulsados ​​por inteligencia artificial desafía los principios tradicionales del derecho contractual, en particular los relacionados con la oferta, la aceptación y la intención. Si bien es posible que los sistemas de IA aún no sean reconocidos como entidades legales, las cuestiones de responsabilidad y rendición de cuentas seguirán siendo fundamentales a medida que estas tecnologías se integren más en las transacciones comerciales.

Para mitigar los riesgos asociados con el mal funcionamiento de la IA y la manipulación externa, los desarrolladores, usuarios y profesionales legales deben innovar con nuevas soluciones, incluida la incorporación


Referencias:

  • https://www.lexology.com/library/detail.aspx?g=865220f0-e722-4c73-89ca-c58ce2120c64
  • https://hbr.org/2018/02/how-ai-is-changing-contracts
  • https://www.researchgate.net/publication/381893636_The_Impact_of_Artificial_Intelligence_on_Contract_Law_Challenges_and_Opportunities
  • https://contractpodai.com/news/what-is-contract-ai/
  • https://www.linkedin.com/pulse/navigating-ai-web3-revolution-emerging-frontiers-law-asare-ofori/
  • file:///Users/aabisislam/Downloads/4.+The+Impact+of+Artificial+Intelligence+on+Contract+Law.pdf
  • https://digitalcommons.tourolaw.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1751&context=scholarlyworks
  • https://jlrjs.com/wp-content/uploads/2023/05/140.-Kinnari-Solanki.pdf
  • https://www.top.legal/es/conocimiento/beneficios-de-gestion-de-contratos-ai
  • Revista: Werbach, K. y Cornell, N. (2017). “Contratos Ex Machina”. Diario de derecho de Duke67(2), 313-382.
  • Revista: Raskin, M. (2017). “La ley y la legalidad de los contratos inteligentes”. Revisión de tecnología jurídica de Georgetown1(2), 305-341.
  • Revista: Sklaroff, JM (2018). “Contratos inteligentes y el costo de la inflexibilidad”. Revisión de derecho de la Universidad de Pensilvania166(1), 263-303.


Aabis Islam es un estudiante que cursa una Licenciatura en Derecho (LLB) en la Universidad Nacional de Derecho de Delhi. Con un gran interés en la ley de IA, a Aabis le apasiona explorar la intersección de la inteligencia artificial y los marcos legales. Dedicada a comprender las implicaciones de la IA en diversos contextos legales, Aabis está interesada en investigar los avances en las tecnologías de IA y sus aplicaciones prácticas en el campo legal.

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